La falta de ética y las prácticas
deshonestas en los diversos estamentos de la gestión pública y del sector
privado, afectan al desarrollo social y son al mismo tiempo, las más difíciles
de ser probadas porque los delincuentes de “cuello y corbata” generalmente
nunca dejan pruebas.
Urge entonces hacer cumplir las políticas
de controles internos que desde la perspectiva de la administración de riesgos
y buen gobierno organizacional son necesarios para el desarrollo nacional.
La corrupción no sólo es un acto inmoral y
lesivo a los intereses del país, sino que fomenta el subdesarrollo,
analfabetismo, pobreza, desnutrición, delincuencia, desempleo y otros males
sociales. Frena el crecimiento económico y el bienestar social de la población.
En el Perú por lo general, la corrupción
siempre estuvo ligada a la actividad política, desvirtuando de esta manera, el
importante rol que cumplen los partidos políticos en la democracia. Es cierto
que algunos malos funcionarios del gobierno central, regional y local han
abusado de su autoridad para cometer actos delictivos, pero los hechos dolosos
también están presentes en el sector privado, instituciones civiles,
organizaciones populares, en la piratería de libros y softwares, y hasta en los
grupos religiosos.
La corrupción tiene matices y está en todos
los ámbitos. Está en el juez que recibe soborno de los litigantes, en el chofer que paga coima a la
policía, en el profesor que acepta dinero de sus alumnos, en la licitación
pública poco transparente y en el periodista que cobra por difundir una
noticia. También en el título académico falsificado, en el pastor evangélico
que exige ofrendas a sus creyentes para su beneficio personal, en el sacerdote
que se apropia de bienes comunales y en los políticos que mienten con promesas
falsas para lograr sus objetivos.
Asimismo, en empresarios que pagan para
ganar concursos públicos, en adquisiciones sobrevaluadas, en la evasión de
impuestos, en los delitos económicos y financieros, y en empleados que roban tiempo y materiales
de sus centros de trabajo. La corrupción es casi inherente a nosotros. Hemos
crecido con ella y la tenemos cerca a nosotros.
De ahí que la corrupción podría convertirse
en una institución. La cultura de “Pepe el vivo” es el modelo de vida de
algunos peruanos. El Poder Judicial es casi sinónimo de corrupción, e incluso,
hay quienes celebran los “logros” alcanzados. Si queremos que el país cambie empecemos cumpliendo las
normas que ya están escritas. El propio Estado para prevenir actos dolosos y
evitar escándalos, ha desarrollado estrictas normas de control interno, pero
lamentablemente no se cumplen.
Para muestra un botón. Algunas empresas están en la obligación
de tener manuales internos para brindar información sobre transacciones vinculadas con el lavado de
activos, pero no cumplen la norma. La obligación es para todas las personas y
empresas que desarrollan acciones como compra y venta de divisas, servicio de
correo y courier, comercio de antigüedades, joyas, metales y piedras preciosas.
También monedas, objetos de arte y sellos postales, préstamos y empeño.
Asimismo,
agencias de viajes y turismo, hoteles y restaurantes, notarios y martilleros
públicos, y organizaciones que reciben donaciones o aportes de terceros. Por
último, servicios de cajas de seguridad y consignaciones, laboratorios y
empresas que producen o comercializan
insumos químicos que se utilizan para la fabricación de drogas o
explosivos, y aquellos que se dedican a la compra-venta o importaciones de
armas, materiales explosivos y empresas
mineras. ¿Quiénes de estas empresas cumplen la normatividad? Hasta en el fútbol
la corrupción está latente con la elección de dirigentes cuestionados o la
suplantación de nombres.
En el ámbito del narcotráfico o comercio ilícito de
drogas, es importante saber que según la Unidad de Inteligencia Financiera, el
directorio y la gerencia general de las organizaciones son los responsables de
implementar sistemas para detectar operaciones sospechosas de lavado de activos
o del financiamiento al terrorismo. El incumplimiento de esta norma motiva la observación por parte de la Unidad de Inteligencia Financiera a la
organización que no cumpla con la norma, pero todo es letra muerta.
FIRMADOS Nro 206
Febrero, 2016
FIRMADOS Nro 206
Febrero, 2016
No comments:
Post a Comment